lunes, 23 de junio de 2008

Consejos para vivir con salud

Hoy, en este artículo, les voy a proponer una serie de medidas, para vivir saludablemente. Es cierto que el envejecimiento y la genética juega un papel muy fundamental, pero también el tipo de vida que hagamos va a ser importante a la hora de envejecer y sobre todo va a contribuir a que esos años los vivamos con la mejor salud posible. Pero, no olvidemos que también la 'suerte' juega su papel.

CUIDAR LA ALIMENTACIÓN
Lo primero que tenemos que cuidar, si queremos vivir saludablemente es la alimentación. Tenemos que hacer una alimentación sana, equilibrada y variada. Debemos tomar ensaladas, verduras, legumbres, pasta, arroz, pescados, carnes y frutas. Debemos evitar las grasas, el alcohol y las comidas copiosas. Conviene comer de todo, pero con moderación. El masticar despacio es muy importante, disfrutaremos del sabor de los alimentos y realizaremos una mejor digestión.

BEBER AGUA

Es importante beber agua. Por lo menos litro y medio al día, empezar con un vaso en ayunas y tomar hasta seis u ocho vasos al día. Va a favorecer nuestro tracto gastrointestinal, nos va a evitar picar entre comidas, en general va a ser bueno para todo el organismo y también para nuestra piel.

HACER EJERCICIO

Una de las bases de nuestra salud física y mental es hacer ejercicio, debemos evitar la vida sedentaria. Conviene elegir un deporte que nos guste, y que sea adecuado a nuestra edad y estado de salud. Si somos personas sedentarias antes de iniciar cualquier actividad física hemos de consultar con el médico. Un buen ejercicio es caminar todos los días.

MANTENER EL PESO APROPIADO

Si seguimos los consejos anteriores podemos mantener un peso constante, logro importante para la salud. En caso de tener sobrepeso hay que evitar realizar dietas sin control médico, como las basadas en el consejo bienintencionado de un amigo/a y más aún las dietas basadas en los productos milagro.

VIGILAR EL CONSUMO DE ALCOHOL Y NADA DE TABACO

El consumo moderado de alcohol es beneficioso. En las comidas, 1 ó 2 vasitos de buen Rioja van a completar una buena y placentera alimentación. El tabaco queda totalmente desaconsejado.

DORMIR SUFICIENTE

Si somos personas de buen dormir, somos afortunados. Descansar un promedio de 7 u 8 horas con un sueño reparador es fundamental para una vida con salud, si además se es amante de la siesta y la podemos practicar todos los días, somos doblemente afortunados.

DISFRUTAR DEL TIEMPO DE OCIO

Tener un trabajo que nos guste y saber disfrutar del tiempo de ocio, nos va a permitir vivir más y mejor porque será más fácil evitar el estrés.

INTENTAR SER FELIZ

Mi último consejo para vivir con salud es ser feliz pero, queridos lectores, no tengo la llave mágica de la felicidad, lo que sí puedo darles son pautas que les pueden ayudar: tener ideales y objetivos en la vida; aprovechar el tiempo, un bien muy importante; llevar una vida organizada y placentera; tener ilusión y recordar que a buen humor mejor salud.

Las madres activas dan a luz hijos dinámicos

Las madres que son activas durante el embarazo tienen más probabilidades de tener hijos dinámicos que sus pares sedentarias, muestran los hallazgos de un estudio del Reino Unido.Los investigadores hallaron que 5.724 niños nacidos de madres que realizaron caminatas regulares a paso enérgico y que fueron a nadar con frecuencia durante el embarazo fueron hasta 3 a 4 por ciento más activos que 3.651 niños nacidos de madres inactivas.Los investigadores evaluaron los niveles de actividad en el embarazo entre 14.062 madres y los de sus hijos a la edad de 11 a 12 años. De las madres, 3.583 realizaron caminatas regulares a paso enérgico y 2.141 fueron con frecuencia a nadar durante el embarazo.La actividad física de moderada a vigorosa fue definida como 3.600 o más cuentas por minuto (cpm) a lo largo de un período de monitoreo de 10 horas por día durante 3 días como mínimo.El análisis de los coeficientes de regresión mostró que los niños fueron mucho más propensos a ser activos a los 11 a 12 años si uno o ambos padres habían sido físicamente activos cuando el hijo tenía 21 meses.Tanto las caminatas prolongadas a paso enérgico como la natación realizadas por la madre durante el embarazo también aumentaron las posibilidades de que los hijos fueran físicamente activos.Calum Mattocks (de la Universidad de Bristol, Reino Unido) y colaboradores concluyen: “Esto sugiere que fomentar la actividad física en los padres podría también influir en sus hijos para que se tornen más activos”.

La exposición fetal al alcohol podría predisponer al alcoholismo

Un estudio reciente muestra que las ratas expuestas al alcohol mientras aún estaban en el útero aprendieron a gustar de la sustancia y a sentirse atraídas por ella desde muy jóvenes.Esta observación podría ayudar a explicar por qué los adolescentes con una exposición fetal previa a la bebida podrían ser más propensos al abuso de esta sustancia, señalan investigadores."[La exposición] a lo que las madres ingieren durante la gestación altera su respuesta", explicó Steven Youngentob, profesor de neurociencia y fisiología en la Universidad estatal de Nueva York (SUNY) y miembro del Centro para la investigación de la exposición al alcohol durante el desarrollo fetal de la SUNY en la parte norte del estado en Siracusa.Youngentob es el autor principal de dos estudios que describen estos hallazgos en la edición de diciembre de Behavioral Neuroscience.Incluso más que un historial familiar, la exposición fetal al alcohol predice si una persona abusará del alcohol posteriormente en la vida. Y mientras más temprana sea esta primera experiencia, más alta será la probabilidad de que la persona tenga problemas con esta sustancia en la edad adulta, afirman los expertos.El síndrome completo de alcoholismo fetal involucra un retraso mental profundo así como defectos craneofaciales. Sin embargo, hay otros efectos más sutiles que surgen de la exposición al alcohol en el útero. Los sentidos están entre los sistemas que se desarrollan en las fases más tempranas de la gestación y parecen permitir que el feto en desarrollo "aprenda" de la madre lo que es bueno comer y beber en virtud de lo que la madre ingiere durante el embarazo, explicó Youngentob."Toda esa información se transmite al feto durante la gestación o al bebé en el periodo de lactancia", dijo. "Resulta que este mecanismo adaptativo es para el beneficio del organismo y probablemente funcione de igual manera en los humanos". A menos que involucre el abuso de una sustancia, agregó.Los nuevos estudios evaluaron la hipótesis de que la exposición al alcohol en el útero resulta en una alteración de la respuesta sensorial a la sustancia que entonces afecta la conducta posterior. "La hipótesis consistía en que existen cambios neuroadaptativos que hacen básicamente que el olor y sabor del etanol [alcohol] sea más atractivo para los animales. Por tanto, el animal, a causa de la exposición fetal, ha 'aprendido' que es bueno ingerir etanol ", dijo Youngentob. Para el primer estudio, las ratas que habían sido expuestas al alcohol en el útero a través del consumo materno eran más propensas a elegir el alcohol frente a una sustancia no alcohólica en su juventud pero no en la edad adulta. El segundo estudio siguió un protocolo similar: Las ratas fueron expuestas al alcohol cuando aún se encontraban en el útero. En comparación con las ratas cuyas madres sólo ingirieron comida, las ratas con exposición prenatal olfatearon más el alcohol. También tuvieron una respuesta alterada al olor en sus vías nasales. "Sabemos que el feto tiene sensaciones olfativas mientras se está desarrollando en el útero, y esto es casi una necesidad de supervivencia, porque se puede observar en los animales que cuando nacen saben de inmediato hacia donde dirigirse para encontrar la leche materna. Lo mismo [ocurre] cuando se coloca a un bebé en el pecho de la madre, localizará el pecho de la madre sólo con el olor", anotó el Dr. Raul Artal, profesor y jefe del departamento de obstetricia, ginecología y salud de la mujer de la Universidad de San Luís."Aprender los diferentes olores en el útero y familiarizarse con ellos podría ser algo que tiene un papel en el desarrollo del olor y gusto del alcohol. Esto es casi un tipo primitivo de respuesta. No tiene nada que ver con la inteligencia. Forma parte de la preservación de la vida". En ambos casos, si las ratas jóvenes no tenían más experiencia con el alcohol en la edad adulta, el alcohol perdía su atractivo. "La buena noticia es que ante la ausencia de una sustancia biológicamente relevante, o sea, al no ser expuesto a ella, el animal adquiere de nuevo una neutralidad biológica", señaló Youngentob. "Si el animal sólo recibe esa exposición fetal, y se le examina en la edad adulta, sus efectos desaparecerán en términos de la respuesta neurofisiológica". Sin embargo, si los humanos se exponen al alcohol en la adolescencia, esto puede perpetuar el ciclo, dijo. Youngentob y sus colegas están determinando si la exposición adolescente al alcohol perpetúa el ciclo en los humanos. El mensaje es claro: No beba cuando esté embarazada y mantenga el alcohol fuera del alcance de los adolescentes, apuntó el investigador.

Un estudio constata que dormir es vital para la memoria



Este descubrimiento tiene una importancia particular para aquellos sujetos cuyo estilo de vida se caracteriza por una gran exigencia en el ámbito mental; por ejemplo, médicos y personal sanitario, así como estudiantes de nivel superior, que a menudo, no duermen la cantidad de horas adecuadas.
El estudio lo han llevado a cabo especialistas de la Escuela Médica de Harvard, la Universidad de Pensilvania y el BWH (Brigham and Women's Hospital).Para la investigación fueron escogidos sesenta participantes (33 mujeres y 27 hombres), de entre 18 y 39 años, que no utilizaran medicamentos ni drogas, y que no tuvieran trastornos conocidos del sueño, o patrones anormales del mismo. 48 individuos fueron asignados a uno de los 4 grupos: los que durmieron antes de la prueba, los que estuvieron despiertos antes de la misma, los que durmieron antes de la prueba pero con interferencias, y los que permanecieron despiertos antes de la prueba y además sufrieron interferencias.
Todos los grupos aprendieron 20 pares de palabras sin relaciones semánticas obvias. Doce horas después, a todos se les puso a prueba con un test de memoria que debían completar. Sin embargo, los individuos de los grupos que sufrieron interferencias aprendieron una segunda lista de 20 pares de palabras antes de la prueba.
Los investigadores descubrieron que en los grupos sin interferencia, el nivel medio de éxito al tratar de recordar era ligeramente mayor en el grupo que durmió, en comparación con el grupo de los despiertos. Esta diferencia fue mayor en los grupos que sufrieron interferencias. Los que durmieron se desenvolvieron mucho mejor en el test que quienes permanecieron despiertos."Los resultados muestran que los beneficios del sueño para la memoria persisten a lo largo del día siguiente, cuando la persona, despierta, se enfrenta al reto que implica la nueva información que se va sumando a la anterior", explica el autor principal, Dr. Jeffrey Ellenbogen, neurólogo del BWH. "Esto nos demuestra que el sueño no sólo protege de forma pasiva los recuerdos, sino que, además, desempeña un papel activo en la consolidación de la memoria".
Este es un descubrimiento muy importante para nuestra sociedad, empeñada con tozudez en desplazar al sueño para aumentar la eficiencia. Tomar un estimulante para mantenerse despierto puede ayudar a mejorar la vigilia a corto plazo, pero la gente necesita verdaderamente dormir para conservar sus conocimientos y funcionar al máximo de su capacidad.

Menos bebidas azucaradas durante la infancia, menor riesgo de enfermar



"Se han realizado muchos estudios en adultos sobre la obesidad y los problemas de salud asociados a la misma, como la hipertensión y la diabetes tipo II", comenta Alison Ventura (del Centro para la Investigación de la Obesidad Infantil, de la Universidad Estatal de Pensilvania). "Pero con las crecientes tasas de obesidad en los niños, estamos viendo estos problemas en edades muy inferiores a las que eran habituales".
Ventura y sus colegas Eric Loken y Leann Birch, profesores de estudios familiares y desarrollo humano, están analizando la agrupación de factores de riesgo tales como resistencia a la insulina, obesidad abdominal, hipertensión, y triglicéridos altos, combinados con un bajo nivel de colesterol HDL (el colesterol "bueno"), que se piensa están relacionados con las enfermedades cardiovasculares y la diabetes en los adultos.La conjunción de estos factores de riesgo, conocida como síndrome metabólico, es un claro indicador para las enfermedades crónicas, y está siendo diagnosticada en un número cada vez más grande de adolescentes y adultos en países como por ejemplo Estados Unidos.
Los investigadores consideran que la resistencia a la insulina es el riesgo subyacente que conduce hacia las demás anomalías metabólicas. Se cree ahora que la obesidad puede ser un activador de la resistencia a la insulina, creando así una cascada de riesgos.Sin embargo, hay muy pocos datos sobre la incidencia del síndrome metabólico en los niños, ya que estos no son estudiados con frecuencia en tales aspectos.El equipo de Ventura está tratando de encontrar un perfil de riesgo para la aparición posterior de enfermedades, entre los niños que sufren los síntomas del síndrome metabólico.El estudio actual se concentró en diferentes factores, como la presión sanguínea, la circunferencia de cintura, y los niveles de colesterol HDL, triglicéridos y glucosa en 154 niñas de 13 años y sus padres y madres, habitantes todos del centro de Pensilvania.
Este estudio también contó con datos sobre las costumbres alimentarias de las chicas y sus progenitores, sus pautas de actividad, y su estilo de vida desde que cumplieron los cinco años.Los resultados del estudio sugieren que las jóvenes dentro de los grupos de riesgo de la hipertensión y del síndrome metabólico también tenían un peso corporal y peso de grasas corporales significativamente mayor entre las edades de cinco y trece años, comparadas con las de otros grupos. Aquellas en mayor riesgo de desarrollar el síndrome metabólico se encontraron entre las que consumían de forma significativa más bebidas azucaradas entre las edades de cinco a nueve años, comparadas con las de otros grupos.